lunes, 8 de junio de 2015

EDUCACIÓN Y DIÁLOGO

Son muchas las ocasiones en que los adolescentes dudan sobre la posibilidad de tener un buen futuro debido al panorama social de su región o país. Les cuesta comprender que el futuro se debe construir paso a paso y que uno de estos pasos es el de educarse. “educación desde la cuna hasta la tumba” afirma en una de sus proclamas el nobel colombiano García, Márquez. Entonces, es a través de la educación en los hogares, la escuela que las niñas y los niños podrán formarse como personas honestas, respetuosas, solidarias y autónomas. Es comprensible, que para el logro de una formación integral de la persona se requiere activamente de la participación de los padres o protectores, los adolescentes y la escuela. Para el más grande estudioso del siglo 20. Paulo Freire “los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la reflexión. El diálogo implica un encuentro de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial.”

La comunicación es una valiosa herramienta que le permite conocer el sentir de su hijo para de esta manera saber cómo actuar y guiarlo; al escucharlo puede conocer sus problemas y ayudarlo a solucionarlos, también se pueden contestar todas sus preguntas para que no recurra a fuentes de información dudosas, es imprescindible que debe aprender a comunicarse con ellos para así poder expresarle realmente lo que se quiere decir y a la vez, podamos escuchar lo que sienten y quieren transmitir. Entonces, la ausencia del diálogo en los hogares es la justificación perfecta para que los adolescentes tengan en algunos casos bajo rendimiento académico, manifiesten su descontento, se rebelen en contra de sus padres y huyan de sus casas. E ahí la importancia del diálogo con los hijos para poder conocer sus emociones, sentimientos y preocupaciones. Hablar de un problema es tenerlo ya medio solucionado. Pretender educar sin propiciar el diálogo es como intentar construir una casa sin cimientos.

De no existir un diálogo es abrir la posibilidad de lanzarlos a un mundo donde predomina, la droga, el alcoholismo y el libertinaje. En conclusión, la educación fundamentada en valores y el diálogo son indispensables para la transformación del individuo y la construcción de un mejor futuro. La educación y el diálogo son fundamentales para promover el respeto por las diferentes formas de pensar de cada individuo y fortalecer los principios democráticos. La educación y el diálogo son primordiales para la formación de mejores profesionales y sobre todo para la formación de mejores seres humanos.