Son muchas las ocasiones en que los adolescentes dudan sobre la
posibilidad de tener un buen futuro debido al panorama social de su región o
país. Les cuesta comprender que el futuro se debe construir paso a paso y que
uno de estos pasos es el de educarse. “educación desde la cuna hasta la tumba” afirma
en una de sus proclamas el nobel colombiano García, Márquez. Entonces, es a
través de la educación en los hogares, la escuela que las niñas y los niños podrán
formarse como personas honestas, respetuosas, solidarias y autónomas. Es
comprensible, que para el logro de una formación integral de la persona se
requiere activamente de la participación de los padres o protectores, los adolescentes
y la escuela. Para el más grande estudioso del siglo 20. Paulo Freire “los hombres no
se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción, en la
reflexión. El diálogo implica un encuentro
de los hombres para la transformación del mundo, por lo que se convierte en una exigencia existencial.”
La comunicación es una valiosa herramienta que le
permite conocer el sentir de su hijo para de esta manera saber cómo actuar y
guiarlo; al escucharlo puede conocer sus problemas y ayudarlo a solucionarlos,
también se pueden contestar todas sus preguntas para que no recurra a fuentes
de información dudosas, es imprescindible que debe aprender a comunicarse con
ellos para así poder expresarle realmente lo que se quiere decir y a la vez,
podamos escuchar lo que sienten y quieren transmitir. Entonces, la
ausencia del diálogo en los hogares es la justificación perfecta para que los adolescentes
tengan en algunos casos bajo rendimiento académico, manifiesten su descontento,
se rebelen en contra de sus padres y huyan de sus casas. E ahí la importancia
del diálogo con los hijos para poder conocer sus emociones, sentimientos y
preocupaciones. Hablar de un problema es tenerlo ya medio solucionado. Pretender educar sin propiciar
el diálogo es como intentar construir una casa sin cimientos.
De no existir
un diálogo es abrir la posibilidad de lanzarlos a un mundo donde predomina, la
droga, el alcoholismo y el libertinaje. En conclusión, la educación
fundamentada en valores y el diálogo son indispensables para la transformación
del individuo y la construcción de un mejor futuro. La educación y el diálogo son
fundamentales para promover el respeto por las diferentes formas de pensar de
cada individuo y fortalecer los principios democráticos. La educación y el diálogo
son primordiales para la formación de mejores profesionales y sobre todo para
la formación de mejores seres humanos.